Un simple rasguño o llaga podría no causar alarma en la mayoría de las personas, pero para los pacientes diabéticos, un rasguño no tratado puede convertirse en una herida abierta que podría conducir a la amputación de un miembro o incluso a la muerte.

Un equipo de científicos de la Universidad Northwestern, encabezado por el profesor panameño Guillermo Ameer,  ha desarrollado un nuevo dispositivo, llamado vendaje regenerativo, que cura rápidamente estas úlceras dolorosas y difíciles de tratar sin necesidad de medicamentos.

Durante las pruebas comparativas publicadas en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos de América, las vendas de Northwestern curaron las heridas diabéticas un 33 por ciento más rápido que uno de los vendajes más populares actualmente en el mercado.

“La novedad es que identificamos un segmento de una proteína en la piel que es importante para la cicatrización de heridas, logramos el segmento y lo incorporamos en una molécula antioxidante que se autoaglutina a la temperatura corporal para crear un andamio que facilita la capacidad del cuerpo para regenerar tejido en el sitio de la herida “, dijo Ameer, ScD, profesor en la Escuela de Ingeniería McCormick y de Cirugía en la División de Cirugía Vascular, quien dirigió el estudio.

“Con este nuevo enfoque, no estamos liberando drogas o factores externos para acelerar la curación. Y trabaja muy bien.”

Debido a que el vendaje aprovecha el poder curativo del propio cuerpo sin liberar drogas o productos biológicos, enfrenta menos obstáculos regulatorios. Esto significa que los pacientes podrían verlo en el mercado mucho antes.

Aunque el laboratorio de Ameer está específicamente interesado en aplicaciones para la diabetes, el vendaje se puede usar para curar todo tipo de heridas abiertas.

La diferencia entre una llaga en una persona físicamente sana frente a un paciente diabético? La diabetes puede causar daño a los nervios que conduce a entumecimiento en las extremidades. Las personas con diabetes, por lo tanto, pueden experimentar algo tan simple como una ampolla o rasguño pequeño que pasa desapercibido y no se trata porque no pueden sentirlo para saber que está allí. Como los niveles altos de glucosa también engrosan las paredes capilares, la circulación sanguínea se ralentiza, lo que dificulta que estas heridas se curen. Es una tormenta perfecta para que una pequeña muesca se convierta en una herida que amenaza la vida o amenaza la vida.

El secreto detrás del vendaje regenerativo de Ameer es la laminina, una proteína que se encuentra en la mayoría de los tejidos del cuerpo, incluida la piel. Laminin envía señales a las células, alentándolas a diferenciarse, migrar y adherirse unas a otras. El equipo de Ameer identificó un segmento de laminina de 12 aminoácidos de longitud llamado A5G81, que es fundamental para el proceso de curación de heridas.

Fuente: Diario Crítica/ 📸 tomada de:

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