Entrevista sin publicar a Amir ValleImagen

“Lo primero sería decir que reconstruir la vida del Dr. Hugo Spadafora Franco ha sido uno de los mayores retos de mi carrera como escritor y periodista. Estuve casi dos años concentrados en un intenso proceso de investigación y escritura en los cuales no pude leer ni escribir otra cosa.

Conocía la figura de Spadafora, especialmente porque su nombre era mencionado en algunos libros que había leído sobre la participación de Cuba en los movimientos guerrilleros de Centro América en la década del 80 y porque para escribir un libro sobre la participación del gobierno cubano en el narcotráfico tuve que leer mucho sobre el proceso Irán-Contras y sobre los usos que los movimientos guerrilleros controlados desde La Habana hacían de la droga para financiar la guerra. En esos libros, artículos y material de prensa, leí muchas veces el importante papel de Hugo en las denuncias contra el narcotráfico.

Tal vez para hacer justicia, una vez más, a ese dicho que asegura que nadie es profeta en su tierra, el primer reto que tuve que vencer fue la cortina de humo que flotaba en torno a la figura de Spadafora: oscuras lagunas de desinformación, tergiversación y conveniente ocultamiento de la verdad, inexistencia de un verdadero corpus histórico que perpetuara en la memoria de los panameños momentos muy importantes de la historia nacional, en algunos de los cuales Hugo fue protagonista. Como escribo en el apéndice del libro, encontré “manipulaciones de hechos históricos en busca de protagonismos, francas mentiras para ocultar responsabilidades históricas que aún se intentan mantener ocultas, verdades contadas sólo a medias por miedos a fantasmas del pasado que pululan todavía, y con poder, en el presente… y puertas cerradas porque a unos cuantos les resulta más conveniente que no se revuelvan las turbulentas y pútridas aguas de ciertas zonas vergonzosas de su pasado en la historia política del país”. Por suerte, la personalidad de Hugo impactó en una amplísima gama de sectores dignos de la sociedad panameña y pude reconstruir su vida gracias a los testimonios de familiares, amigos, colegas de trabajo y luchas, conocidos o gente simple que lo sigue admirando.

Me dolió profundamente comprobar que las nuevas generaciones no conocían o ya iban olvidando el importante legado de Spadafora para la historia de Panamá. Y me dolió, porque cualquier historiador o periodista serio tiene razones para afirmar y demostrar que Hugo Spadafora es uno de los nombres que indiscutibles a la hora de escribir la historia de Panamá, Centroamérica y América Latina y, centrándonos en Panamá, que en el siglo XX existieron sólo cuatro panameños cuyas vidas cambiaron totalmente la historia del país en diferentes épocas: el Dr. Belisario Porras, el Dr. Arnulfo Arias Madrid, el General Omar Torrijos y el Dr. Hugo Spadafora.

En el proceso de trabajo lo más difícil fue que me vi forzado a establecer un férreo patrón de verificación y ratificación, por múltiples vías, de todos los datos que me ofrecieron las fuentes entrevistadas cara a cara en Panamá, Costa Rica, Italia y Washington, o por otras vías en Nicaragua, Honduras, El Salvador, Guatemala, Colombia, Houston, Chicago, Miami y La Habana; patrón en el cual incluí también el inmenso volumen de información que recibí de la familia Spadafora, puesto que desde el primer momento manifesté mi intención de escribir una biografía autorizada imparcial en la cual se impusiera la verdad de los hechos por sí mismos y no una u otra visión (negativa o positiva) sobre la vida y accionar político y social del Dr. Spadafora. Y me siento satisfecho porque, además de lo ya muy conocido, el libro mostrará otras zonas, secretos y revelaciones muy, pero muy interesantes.

El mismo proceso investigativo me fue haciendo cambiar de opinión, pues inicialmente pensé escribir una biografía típica. Soy un amante de la historia, leo muchos libros de historia y uno de mis géneros preferidos es la biografía. Pero al ver que la vida de Hugo parecía escrita por un novelista, me propuse novelar su vida. Y ya desde esos inicios supe que no debía escribir una clásica biografía por dos razones: la primera, como he dicho, porque Hugo Spadafora era un hombre con una vida tan rica, convulsa y apasionante que parecía salido de una novela; y la segunda, porque creo más útil, más efectivo que los panameños y no panameños que lean este libro puedan “revivir” a Hugo a través de las anécdotas de su vida. Me negué a escribir un libro donde Spadafora apareciera como una estatua, muerto, frío como el mármol. Y esa determinación me llevó a mostrar en estas páginas al hombre, al ser humano, a la persona con virtudes y defectos, reconstruyendo incluso su vida íntima a través de las anécdotas que fui recogiendo durante la investigación. De ahí que esta sea una Biografía Novelada sobre la vida, sueños, muerte, legado y presencia de Hugo Spadafora.

Creo, sin duda alguna, que es un libro necesario. Un país que pierde su memoria será siempre una nación esclava de sus propios errores porque no podrá aprender las lecciones que el curso de la historia va dando a sus habitantes. La memoria histórica de un país no puede perderse porque es como condenar a la nación a repetir los horrores del pasado, ya que esa memoria nos permite saber qué hicimos mal, dónde fuimos débiles, donde debemos rectificar. Sólo manteniendo vivo en las actuales y futuras generaciones de panameños el legado histórico de los grandes hombres de un país se evitará que las fuerzas siniestras que tiene toda sociedad vuelvan a tomar el mando. Por eso creo que todos los panameños deben leer este libro: es sólo un fragmento de una rica historia nacional, es cierto, pero un fragmento importante, decisivo, lleno de verdades que todo panameño que ame a su país debería conocer”.

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