Reportaje-epecial
6° Conferencia ANUAL Y 2° sobre DDHH de las Mujeres Mayores Un nuevo paradigma para vencer el edadismo y el viejismo
Por Bárbara Bloise
30 de agosto de 2023. En una sociedad marcada por estereotipos y prejuicios, un grupo de mujeres se han dedicado con entusiasmo, a alzar su voz y desafiar las nociones del edadismo y el viejismo. La revolución de las “viejas” ha llegado a Panamá. Ellas promueven el empoderamiento, la economía plateada, la autonomía personal, el derecho al cuidado, y otros cambios que buscan transformar la percepción de la vejez, garantizando una vida plena y digna para todas las generaciones.
Esta revolución como otras, tiene como principio fundamental, la defensa de los derechos humanos. Tema central de la 6° Conferencia anual y 2° Internacional sobre los derechos humanos de las mujeres mayores. Retos del Estado panameño ante las nuevas tendencias demográficas. Desafiando los estereotipos de género y edad con la participación de las especialistas: Gladys Miller, Aracelly De León, Pilar Leis, Arletty Pinel, Virginia Barreiro y Dora Arosemena, compartieron su visión y experiencias.
La 6° Conferencia Anual y 2° Internacional sobre los Derechos Humanos de las Mujeres Mayores, representa un paso importante en el camino hacia la igualdad de género y la eliminación de estereotipos perjudiciales en relación con la edad. La sociedad panameña se enriquece con estos diálogos que promueven la inclusión y el respeto a todas las etapas de la vida de las mujeres.
La revolución de las viejas (Cerruti, 2020), propone: “Transformar la vejez en un actor dinámico para que el paradigma cambie porque el escenario ha cambiado. Liberadas de las presiones sociales y culturales, las mujeres pueden reencontrar el gusto, el entusiasmo, el deseo y el erotismo. Como en todas las transformaciones de esta magnitud, habrá avances y retrocesos. Es un territorio nuevo a habitar. La revolución de las viejas enfrenta desafíos importantes, pero también ofrece oportunidades”.
El edadismo y el viejismo son conceptos que han mantenido a las personas mayores marginadas y estigmatizadas en la sociedad. Gladys Miller, directora del Centro de Estudio de Capacitación Familiar (CEFA), resalta cómo estos prejuicios afectan diversos aspectos de la vida de las personas mayores. “Es crucial entender que el edadismo va más allá de los números. Se trata de la negación de la valía de una persona basada en su edad”, afirma Miller. Estos prejuicios se manifiestan en la discriminación laboral, social y cultural, perpetuando la invisibilidad y limitando las oportunidades de las personas mayores.
“No hay vuelta atrás, no queremos que haya viejas pobres, frustradas y violadas, sino que se sientan felices, que no rechacen sus arrugas, por el contrario, la exhiban con dignidad”.
Según un informe de las Naciones Unidas sobre el edadismo, publicado en el 2021, se calcula que una de cada dos personas en el mundo tiene actitudes edadistas, lo que empobrece la salud física y mental de las personas mayores, además de reducir su calidad de vida, y cuesta cada año miles de millones de dólares a la sociedad. Entre las personas mayores, el edadismo se asocia con una peor salud física y mental, un mayor aislamiento social y soledad, una mayor inseguridad financiera, una menor calidad de vida y unas mayores tasas de muertes prematuras. Se calcula que 6,3 millones de casos de depresión en todo el mundo son atribuibles al edadismo.
En Panamá, se estima que para el año 2050, las personas mayores de 60 años, representarán el 24% de la población.
Dora Arosemena, Analista de Programa de Género y prevención de la violencia contra la mujer de UNFPA Panamá, feminista y defensora de los derechos de las mujeres mayores, enfatiza la intersección entre el género y la edad en la discriminación. “Las mujeres mayores enfrentan un doble desafío: el sexismo y el edadismo. Debemos reconocer y abordar estas injusticias”, sostiene Arosemena. La lucha por la igualdad de género se entrelaza con la lucha contra la discriminación por edad, creando un llamado a la acción más amplio y poderoso”.
Aracelly De León, directora del Instituto de la Universidad de Panamá (IMUP) dijo: “…cada vez vivimos más, permanecemos mucho más tiempo activas en el trabajo, somos más productivas, pero todavía hoy encuentro estudiantes que nos dicen que no ingresaron antes a la Universidad porque mi esposo no me dejaba o porque tenía que cuidar a mis hijos”.
Dora Arosemena informó en Panamá hay que destacar que nos encontramos en una transición moderada y avanzada. Nuestro país es clasificado de esta manera según el censo del 2023, el 12.8% de la población o sea quinientos cincuenta mil ochocientos treinta y nueve personas son personas mayores de los cuales el 47% son hombres del 52% de las mujeres, significa que estamos en una condición acelerada y progresiva. “Desde el UNFPA tenemos definido responder a tres líneas de la política nacional: situación económica, situación de salud y el tema de los entornos propicios y prevención de la violencia contra las mujeres. Nos ha correspondido acompañar varios informes entre ellos el Acuerdo de Montevideo”.
¿Quién dijo que es tarde?
Campaña para promover a Panamá como un hub de la economía plateada.
Para el Ministerio de Desarrollo Social (MIDES) representado por Virginia Barreiro, directora de Cooperación Técnica Internacional, que impulsa programas sociales a beneficio de la población de personas mayores, entre estos, el sistema de cuidado “en primer lugar el cuidado es tanto un derecho como una función social e implica la promoción de la autonomía personal, la atención y la asistencia de las personas en situación de dependencia física o mental”.
Para la psicóloga clínica y directora de Longeviarte, María del Pilar Leis, el viejismo es un problema de salud pública: “se estima que más de seis millones de casos de depresión se registran en esta población, que el viejismo es una barrera para el envejecimiento saludable, genera costos para el sistema de salud, registra mayores tasas de muertes prematuras, se presentan sesgos en la atención médica y existe el viejismo autoinfligido”. Las mujeres mayores tienen más riesgo de depresión relacionado con menores oportunidades de empleo, inequidad en el desarrollo personal, a lo largo de sus vidas son las encargadas del cuidado de la familia. Las mujeres en especial, tiene muchísimas crisis vitales. La discriminación por edad impacta profundamente en la psicología y la salud emocional de las personas mayores. Pilar Leis explica cómo este trato desigual a las mujeres mayores contribuye a la soledad y al aislamiento social. “Muchas personas mayores se sienten excluidas y desvalorizadas, lo que conduce a la soledad. Necesitamos romper estos patrones y fomentar la conexión intergeneracional”, comenta Leis.
La población panameña está envejeciendo y hace falta crear políticas públicas a favor de las personas mayores. Ante el cambio poblacional, la economía plateada se convertirá paulatinamente en “la economía” y punto. La economía plateada, como destaca Arletty Pinel. “no importa cuántas políticas, leyes se generen si seguimos pensando que los viejos no sirven para nada”. La Dra. Arletty Pinel, presidenta del Comité Organizadora del Foro Iberoamericano de Economía Plateada que se realizará del 2 al 4 de octubre “que la economía plateada no solo beneficia a las personas mayores, sino también a los jóvenes. Uno de los cambios de paradigma más importantes que la economía plateada promueve es el reconocimiento de que las personas mayores pueden seguir siendo productivas y contribuir al desarrollo económico y social. Esto implica superar los estereotipos y prejuicios negativos asociados con el envejecimiento y valorar las capacidades y conocimientos que las personas mayores pueden aportar. Panamá podría ser un hub, promoviendo políticas inclusivas y siendo sede de eventos relevantes como el Foro Iberoamericano de Economía Plateada”.
La revolución de las “viejas”, llegó a Panamá, y convoca a los jóvenes en esta transformación social
Apostar por la economía plateada en Panamá puede tener un impacto positivo en el desarrollo económico y social del país. Genera empleo, estimula la demanda interna, atrae inversión extranjera y mejora la calidad de vida de la población adulta mayor. Estas son oportunidades que pueden contribuir al crecimiento económico y al bienestar general de la sociedad panameña. Pinel mencionó que también se promueven iniciativas como emprendimientos innovadores en áreas como la salud digital, la educación informacional y el tele monitoreo de salud. Ella es la embajadora de Panamá ante el AIGING 2.0 una plataforma global que apoya a los innovadores que trabajan para mejorar las vidas de las personas mayores alrededor del mundo. En Panamá destacan dos experiencias innovadoras en la comunidad de personas mayores: en Betania (Panamá) y en Soná (Veraguas) junto con la Universidad Tecnológica, que permite la articulación, la experiencia y el encuentro intergeneracional porque en ambos proyectos participan estudiantes de tecnología de la UTP y las personas mayores. Durante el foro se presentará la campaña ¿quién dice que es tarde? Y el proyecto Hack Girls como parte de la transformación social dirigido a toda la población en Panamá.
¿Los temas pendientes? La salud mental, la economía del cuidado y hablando de responsabilidad la urgencia por parte del Estado de firmar la convención sobre los derechos humanos de las personas mayores. ¿Cuál es la realidad regional en América Latina? Cada vez más la data revela que hay más mujeres. En Panamá, las mujeres viven más. La pregunta es si gozan de calidad de vida, igualdad, acceso a las tecnologías y la innovación, ¿si cuentan con un sistema de cuidados? ¿se ha eliminado la discriminación laboral o el prejuicio que se escucha por ahí: Los viejos deben irse para sus casas y dejar que los jóvenes ocupen los puestos de trabajo.
La Revolución de las Viejas en Panamá no solo desafía la discriminación y el estigma asociados con la vejez, sino que también cuestiona el papel y la contribución de las personas mayores en la sociedad moderna. Es hora de reconocer la importancia de esta revolución y trabajar juntos para construir un futuro donde la vejez sea sinónimo de sabiduría, productividad, empoderamiento y plenitud.