Por Rosalina Orocú
El verdadero espíritu navideño implica sacar lo mejor de cada uno y compartir con los menos afortunados. Razones y ocasiones abundan para hacerlo. Pero una magnífica oportunidad de vivir enriquecedoras experiencias y tender la mano a los demás se les presenta en estas fiestas de fin de año.
En Panamá y el mundo abundan las personas que están pasando por momentos difíciles, sea porque han perdido un ser querido, viven en pobreza material, están -o algún familiar- enfermos sea en casa o en una institución hospitalaria y también hay muchos privados de libertad.
Todos agradecerían un detalle que demuestre amor altruista: una visita, una palabra amiga, un abrazo, una sonrisa, un regalo.
A veces, la sola presencia basta para hacerlos sentir menos solos. Que importan.
Hay muchas oenegés que brindan apoyo a adultos mayores, niños abandonados o que han sido maltratados por sus progenitores y por ello se les ha quitado la tutela y están en hogares. Donaciones a ellas serían bien recibidas. También pueden visitar estas instituciones o ayudar a pintarlas, remozarlas o equiparlas.
“Compartir se puede fomentar igual que se fomenta la creatividad infantil”, afirman los expertos en psicologiayautoayuda.com
Siguen explicando que “con los niños, la mejor forma de aprendizaje es el ejemplo y las actividades que los involucren directamente, así que lejos de concentrarnos solo en hablar con ellos de las ventajas de compartir hay que hacer cambios en el modo de vida”.
Por ejemplo, enseñarles a compartir sus juguetes, un paquete de galleta, a regalar juguetes, libros o ropa en buen estado a otros.
No cabe duda, compartir y servir a los demás genera satisfacción inmensurable. Hay muchas maneras de decir presente donde más necesitados son. Les consta a quienes tienen como premisa en la vida ayudar a los demás. Tal es el caso del joven Jorge Isaac Iglesias.
“De niño aprendí lo que dijo sabiamente la Madre Teresa de Calcuta: el que no vive para servir, no sirve para vivir”, dice.
Añade: “Creo fielmente que todos tenemos un compromiso con los demás, con los más necesitados. Es importante que los privilegios de cada uno no nublen la empatía y esto nos permitirá entender la responsabilidad de asumir nuestra cuota dentro de la sociedad”.
Explica que “el servir lo aprendí de mis abuelos y sobre todo mi madre, no conozco mujer más desprendida de los bienes materiales que ella, es el ejemplo perfecto que cuando ayudas a los demás quien más se beneficia es uno. Creo que hoy día el mundo pide personas integras, profesionales con perfil completo y entre esas características está la importancia de entender la cuota de responsabilidad social de cada uno”.
Jorge Isaac Iglesias Bloise es presidente de FEDUPRO y proyectos en la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura. También es miembro de Jóvenes Unidos por la Educación y la Asociación Panameña de Debate. Es hijo de Briseida Bloise.
Estos días estaremos compartiendo con ustedes más testimonios de la manera en que el servicio al prójimo cambia vidas y fortalece el espíritu.