Este martes 4 de septiembre empezarán las negociaciones que buscan definir el rumbo de los mares. Cómo enfrentar la sobrepesca y la creación de áreas marinas protegidas, serán dos de los puntos esenciales de la discusión.

La sede de Naciones Unidas en Nueva York será el escenario de unas esperadas discusiones, que empezarán este martes 4 de septiembre y se prolongarán por dos semanas. Se trata de un evento que reúne a países de todo el mundo para que discutan sobre un tratado que busca regular el “alta mar” de los océanos, una iniciativa que lleva preparándose desde hace una década y que es considerada clave para proteger el medio ambiente.

El objetivo es cerrar un acuerdo para 2020, en el que se defina el futuro de las aguas internacionales, que suponen dos tercios de la superficie total de los océanos. Esa zona, también conocida como “alta mar”, abarca todas las aguas situadas a más de 200 millas marinas de la costa y es compartida por todos los países.

Hasta ahora, las aguas internacionales han estado gestionadas bajo una serie de acuerdos y organismos internacionales, pero sin una jurisdicción clara, sin demasiada coordinación y con unas normas inadecuadas para su protección.

Según Liz Karan, directora de la campaña sobre los océanos de la ONU The Pew Charitable Trusts, existe una “verdadera necesidad” de crear un mecanismo internacional que permita proteger los mares y que abarque a todos los sectores, desde la pesca a la extracción de petróleo y gas. Su expectativa es que, tras años de preparación, los Gobiernos lleguen a Nueva York listos para comenzar rápidamente a redactar ese instrumento.

Para esta y otras organizaciones ecologistas, las negociaciones que arrancan esta semana suponen una oportunidad única para salvar los mares de la sobrepesca, el cambio climático y otros problemas.

Sandra Schoettner, de Greenpeace, sostiene que se trata de una ocasión “única en la historia para proteger el azul de nuestro planeta azul. La ciencia es clara: necesitamos proteger al menos el 30% de nuestros océanos para 2030. La vida en nuestros mares depende del resultado de los próximos dos años de negociaciones”.

Los ecologistas y muchos países defienden para ello la creación de reservas marinas, que serán una de las partes clave de las negociaciones.

Hoy, media docena de países (China, Taiwán, Japón, Indonesia, España y Corea del Sur) se reparten el grueso de la pesca en alta mar, a través de compañías apoyadas en muchos casos por importantes subsidios públicos.

Según numerosos estudios, sin esas ayudas gran parte de esa flota no sería sostenible económicamente, lo que unido al impacto que la industria tiene en los ecosistemas marinos, ha llevado a algunas voces a proponer una prohibición total de ese tipo de pesca.

Por ejemplo, de acuerdo a una investigación adelantada por la Universidad de la Columbia Británica canadiense, las capturas en alta mar representan únicamente un 10 % del total mundial, pero tienen un gran impacto, dados los enormes barcos y cantidades de combustible necesarios.

Los autores del informe aseguran que cerrar las aguas internacionales a la pesca permitiría reponer muchas especies y, como consecuencia, aumentar en un 18 % las capturas costeras.

Fuente: EFE Verde

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